jueves, 30 de octubre de 2014

Decena Trágica



Domingo 9 de Febrero de 1913.- Los sublevados liberan a Bernardo Reyes y Félix Díaz. Madero marcha desde Chapultepec hacia el Palacio Nacional (hoy Palacio de Bellas Artes). Es ahí donde Madero nombra Comandante Militar de la Plaza al General Victoriano Huerta , error que le costaría la vida.
Lunes 10.- Los diarios capitalinos no aparecen. Temor general. No hay transporte y las tiendas permanecen cerradas.
Martes 11.- Se bombardea la Ciudadela. Son aniquilados dos batallones.
Miercoles 12.- Escapan los presos de la cárcel de Belén. La ciudad queda sin servicios.
Jueves 13.- Se recrudece la lucha de la ciudadela y sus alrededores. Se disparan mil cañonazos por minuto.
Viernes 14.- Varios edificios públicos son dañados. Muchos civiles mueren por causas de "balas perdidas".
Sabado 15.- Madero rechaza a los senadores que le piden su renuncia. La ciudad se llena de humo producido por los cadáveres incinerados.
Domingo 16.- Se pacta un armisticio que es roto al poco tiempo. Mueren cerca de 300 civiles ajenos a la lucha.
Lunes 17.- Continuan los enfrentamientos.
Martes 18.- Se celebra el Pacto de la Embajada entre Félix Díaz y Huerta con la aprobación del embajador Norteamericano, Henry Lane Wilson, Madero y Pino Suárez son aprehendidos al Salir del Palacio Nacional.
Miercoles 19.- Madero y Pino Suárez son obligados a renunciar. Huerta asume la presidencia. Tres dias despues, Francisco I. Madero yJosé María Pino Suárez, cuando aparentemente eran conducidos a la Penitenciaría del D.F. , son asesinados por órdenes del Gral. Huerta.
El asesinato de Madero fue el detonante que sacudió al país y desató un torrente de pasiones y cruentas pugnas por el poder que se extendieron por varios años.

La Etapa Maderista


Derrocado el gobierno porfiriano, Francisco I. Madero nombró al ingeniero Manuel Bonilla como su delegado en Sinaloa, para atender los asuntos políticos del estado y para impedir la ejecución de los jefes vencidos. El ex gobernador Diego Redo y el general Higinio Aguilar, quien fuera comandante militar de Sinaloa, recibieron protección del general Juan M. Banderas hasta que salieron del estado de Sinaloa. Celso Gaxiola Rojo ocupó interinamente la gubernatura, hasta el 7 de agosto de 1911, cuando se organizó la junta militar de los jefes vencedores y su presidente, Juan M. Banderas, asumió el cargo de gobernador para convocar a elecciones. Los comicios se celebraron a principios de septiembre y fue electo el profesor José María Rentería, quien tomó posesión de su cargo el día 27 del mismo mes, para terminar el periodo que concluía en septiembre de 1912.
Francisco I. Madero fue electo presidente de la república y tomó posesión el 6 de noviembre de 1911. Entre los miembros de su gabinete incluyó al ingeniero Manuel Bonilla como secretario de Comunicaciones y Obras públicas. A pesar de que el cargo le impedía cualquier intervención en la política sinaloense, Bonilla no quiso perder la influencia que tenía en el estado y aprovechó su puesto para intrigar y entrometerse en los asuntos políticos de Sinaloa.
La actitud conciliadora de Madero con los antiguos porfiristas y su indecisión para llevar a cabo las reformas sociales demandadas, como la devolución de las tierras de las comunidades, ocasionó el descontento y la rebeldía de algunos revolucionarios, como Emiliano Zapata en el estado de Morelos, quien proclamó el Plan de Ayala (25 de noviembre de 1911) que en su parte medular se ocupaba de la restitución de las tierras usurpadas a las comunidades. También los revolucionarios sinaloenses participaron del descontento por los actos y omisiones del presidente Madero; se opusieron al licenciamiento de las tropas que ordenó Madero y algunos de ellos se pronunciaron por el Plan de Ayala (Mocorito, 21 de febrero de 1912). Las ideas agraristas referentes a la restitución de las tierras de las comunidades tuvieron buena acogida entre los campesinos sinaloenses; sin embargo, su movimiento estuvo mal preparado y careció de unidad, por lo que las fuerzas del gobierno lo aniquilaron en 1913.

El gobernador Rentería no pudo preservar la unidad de los revolucionarios sinaloenses, en buena medida por la solapada oposición de Manuel Bonilla desde la ciudad de México, así que prefirió renunciar el 26 de marzo de 1912 y retirarse de la vida política. Los seis meses que restaban al periodo gubernamental fueron cubiertos por varios gobernadores interinos, lo que nos da una idea de la caótica situación política del estado. Celebrados los comicios, resultó electo Felipe Riveros para ocupar la gubernatura de Sinaloa en el cuatrienio que empezaba el 27 de septiembre de 1912.

Madero y el inicio de la Revolución



Luego de más de 30 años en el poder, Díaz hizo un simulacro de apertura democrática y llamó a elecciones ese año. Surgió un oponente poderoso, Francisco Madero, que simpatizaba con la causa de la reforma agraria, contaba con el apoyo del campesinado y postulaba el principio de la no-reelección. Madero fue encarcelado mientras se realizaban las elecciones y Díaz obtuvo una victoria electoral por la vía del fraude.
Madero escapó de la cárcel y se refugió en San Antonio, Texas. Exiliado en los Estados Unidos, Don Francisco I. Madero, expidió el Plan Revolucionario de San Luis, desconociendo al Presidente, Vicepresidente y los Poderes Legislativo y Judicial de la República, determinando una organización política y militar revolucionaria y fijando el 20 de noviembre de 1910 como la fecha indicada para que principiara la revolución armada.
El 18 de noviembre se inició en Puebla  el primer brote sangriento cuando Aquiles Serdán, uno de los más puros revolucionarios, fue cercado en su casa. Al resistirse, lo hirieron y el día 19 murió.
Uno de los más destacados revolucionarios fue Pascual Orozco, minero de Chihuahua, quien obtuvo los primeros triunfos en la lucha armada al tomar Ciudad Guerrero después de fieros combates. Exiliado en los Estados Unidos, fue muerto cuando regresaba al país. Otros seguidores de Madero en aquella época fueron el Padre Orozco, Abraham González, José de la Luz Blanco, Feliciano Díaz, Ignacio Valenzuela, Manuel Chao y otros muchos que permanecen casi ignorados.
El General D. Porfirio Díaz, el viejo soldado de la República, obligado por las circunstancias, renunció a su cargo de Presidente de la República el día 25 de mayo de 1911, renunciando a sí mismo el Vicepresidente Ramón Corral. El General Díaz salió esa misma noche para Veracruz, en donde embarcó en el barco alemán y nunca regreso al País.
Las esperanzas que muchos mexicanos tenían cifradas en Madero se vieron frustradas por su incapacidad para mantener el orden.
Al triunfo de la Revolución Madero deja intacto el ejército porfirista, mientras a su alrededor crecía el descontento. Los Porfiristas reclamaban sus antiguos privilegios; los zapatistas exigían el reparto de tierras; la prensa lo atacaba a diario y las rebeliones de Félix Díaz y Bernardo Reyes, independientes entre sí, confluyeron en la llamada Decena Trágica para asentarle el golpe definitivo a Madero.


Movimiento Maderista



Porfirio Díaz fue presidente de México por treinta y un años durante ese tiempo, un pequeño grupo de personas acaparo el poder; el pueblo no pudo opinar sobre sus problemas ni elegir a sus gobernantes. Mientras tanto, surgió una nueva generación que quería participar en la política que no podía hacerlo porque todos los puestos estaban ya ocupados por hombres mucho mas viejos. Cuando días afirmo que México se encontraba maduro para la democracia, esos jóvenes creyeron que había llegado el momento de participar. Uno de ellos fue Francisco I. Madero. Sabía que muchos mexicanos vivían en la pobreza y estaba preocupado por los problemas nacionales. Quería participar en el gobierno de su país y decidió entrar en la política. Madero consideraba que Porfirio Díaz no debería volver a reelegirse. Junto con otras personas que pensaban como él, fundo el partido Antireeleccionista, que lo lanzo como candidato a la presidencia de la República. Después viajo por el país para dar a conocer sus ideas políticas.


El plan de San Luis Potosí



Madero creía en la democracia y en la necesidad de renovar el gobierno con apego a las leyes. Pero el éxito de su campaña hizo que Díaz lo viera como un peligro poco antes de las elecciones fue detenido en Monterrey y encarcelado en san Luis Potosí. En octubre de 1910, escapo a los estados unidos, donde publicó el plan de San Luis Potosí. Madero denunciaba la la ilegalidad de las elecciones y desconocía a Porfirio Díaz como presidente. Se declaraba el mismo presidente provisional, hasta que realizaran nuevas elecciones; prometía que se devolverían las tierras a quienes habían sido despojados; pedía que se defendiera el sufragio (voto) efectivo y la no reelección de los presidentes. También hacia un llamado al pueblo para que se alzara en contra del dictador, el 20 de noviembre de 1910.
Él ejercito de Porfirio Díaz fue derrotado en seis meses por las fuerzas maderistas y por descontento general. La batalla definitiva fue la toma de ciudad Juárez, por Orozco y Villa. Díaz renuncio a la presidencia y salió del país rumbo a Francia, en 1911.